A mi tía, Graciela Darré, ex presa política. 


Presente impune. Estoy sumergida en la memoria colectiva, en la de mi familia, en la mía. Memoria viva. Recuerdos de color dictadura, terror que invade el continente, los países, ciudades, paisajes, pueblos. De tal forma que invadieron nuestros símbolos e identidad.

Me contengo en el vínculo con mi tía, en su resistencia y su capacidad de sobrevivencia. Las llaves, cadenas, portones, rejas, candados, números, cacheos son algunos de los recuerdos que tengo, cuando iba a visitarla a la cárcel. Presas políticas castigadas por pensar diferente, por rebelarse al autoritarismo existente. Mujeres que trasgredieron las normas preestablecidas al involucrarse en "roles masculinos".

Transcurrí mi niñez en dictadura, soy de la generación que nunca callará sus recuerdos. Parece fundamental trasmitir estas vivencias, generación a generación, para mantener la memoria viva como parte de la identidad de nuestro pueblo.

Uruguayas y uruguayos con memoria.

Lucía Aguirregaray Darré.